viernes, 30 de mayo de 2014

Oído a escondidas

Durante los primeros tres años de vida, mi nieta Dolores vivió conmigo en mi casa. Cierto día, cuando todavía era de meses, se me ocurrió que podía suceder esto y lo escribí. Ahora ya tiene más de cuatro, es toda una nena, pero fue la fuente de inspiración para este cuentito:





 -¡Uf! ¡Por fin terminó!
-¡Es cierto! Que día, mamma mía.
- Espero secarme pronto, sino mañana no voy a estar listo
- A mí me duele todo, encima, mira… me falta un cacho
-¡Uh! ¡Es cierto! ¿Qué pasó?
- ¡Setenta veces me tiró al piso, setenta!
- ¿A sí? ¿Y por qué?
- Y… miraba al abuelo, él le decía ¡NO! entonces me tiraba, él me levantaba y de nuevo a empezar, yo soy de plástico, ¿te das cuenta?, ellos se reían, pero yo…
-Claro, sí, a mi me lo hizo un par de veces pero lo dejó enseguida, será porque soy de peluche y no hago ruido al caer.
- Puede ser, no sé.
- De cualquier manera, a mí, me estuvo chupando todo un montón de tiempo, espero que le crezcan pronto los dientes así deja de morder.
- Yo en realidad prefiero que me muerda, sin dientes me hace cosquillas, pero, con esto que aprendió ahora…
- ¡Cuidado! Silencio, ahí vienen del baño, ahora le dan de comer y a dormir.
Este diálogo escuché anoche en la habitación de mi hija entre un oso de peluche y un sonajero cuando fui a buscar algo que ella me había pedido para mi nieta y al oír las voces me quedé detrás de la puerta.


martes, 27 de mayo de 2014

En el Tigre (Conversación)

Este mini cuento le gusta a algunas personas y, sin decir que es a pedido, lo publico hoy dejándolo a consideración de los lectores:



- Hola…
-Soy yo…
-¡Ah! Si, ¿qué…
-No, no digas nada, la culpa fue mía. Yo te pedí de ir al Tigre a pasar ese fin de semana, yo te pedí que acompañáramos a José y Claudia, pero nunca me imaginé lo que pasaría.
-Es que…
-No, de verdad, nunca me lo imaginé, que termináramos en esa orgía los cuatro, pero vos también te prendiste, no entiendo porque te enojaste después pero…
-Escúchame un momento…
-Después de todo, la pasaste bomba, conmigo y con Claudia, tal vez no tan bien con José, no sé…después de todo capaz te gustó, que se yo…
-Pero…
-Sobre todo después, cuando llegaron las otras dos parejas…
-¡Esperá, nena, soy tu padre! Marcaste mal…




domingo, 18 de mayo de 2014

Armas biológicas (Made in USA)

Este es uno de los mini-cuentos que forman parte del libro La Curva de la Niña.



El paisaje era selvático, se movía con cuidado y temor. Sólo quería sobrevivir.

Lo vio ahí durmiendo, estirado cuan largo era. Tenía puesto un chaleco verde oliva y su piel negra daba reflejos azulados. Estaba muy tranquilo, tal vez por pertenecer al bando de los poderosos,  aquellos que cuando caminan por cualquier sitio se imponen. Sus pectorales y extremidades mostraban músculos impecables.

Y ahora ella, tal vez el eslabón más débil de la cadena, lo tenía a su merced. Su instinto le decía que era mejor buscar otro objetivo más accesible pero, también, que esta era una oportunidad de oro. De tener éxito viviría como una reina, de lo contrario sería seguramente desperrada. No pensó más. De un salto se encaramó al cuerpo perfecto y lustroso. Nunca supo lo que le pasó. No conocía las armas biológicas. El collar anti pulgas cumplió su función.

sábado, 10 de mayo de 2014

El mundial me tiene harto

Entrando ya a la recta final para el comienzo de un nuevo mundial de fútbol, recordé un texto que escribí unos días después del 3 de Julio del 2010. Ese día Argentina perdía en cuartos de final con Alemania por 4-0. Acá lo expongo esperando que este año todo sea mucho mejor:




El mundial me tiene harto, qué querés que te diga, que Eslovaquia, que Eslovenia, que Eslamierda, qué se yo cuantos países más hay. Mirá si a nosotros se nos ocurriera hacer lo mismo y dividir la Argentina en  otros países. Ahí entraría a tallar Córdoba, Misiones, Corrientes qué se yo. Pero no serían iguales, no sería por ejemplo Argentinien, Argenmocho o Argenvaquia por nombrarte alguno. Estos tipos no solo que no saben nada de fútbol sino que encima no tienen imaginación para ponerles nombres a sus propios países.
Otra, te digo, los nombres de los jugadores, ponele, de Corea: Jung Sung-ryong; Cha Du-ri; Lee Young-pyo; Cho Yong-hyung; Lee Jung-soo; Kim Jung-woo; Ki Sung-yong; Park Ji-sung; Lee Chung-yong; Lee Dong-guk; Park Chu-young; Contá, contá  hay como nueve que se llaman igual viejo, sí, igual, porque Jung, Young, Hyung, yong,  que diferencia tienen? Todos se pronuncian igual, claro, que teniendo en cuenta que fisonomicamente son todos iguales… imaginá que el técnico grita:
-Tírasela a Young
Y el que la lleva se la da del borde del área  contraria a su arquero.
-¿Qué hiciste?
Le reprochan y él dice:
-¿No me dijo que se la tire a Jung?
 -No, a Young, no Jung. A Young
 -Bueno, entendí mal.
Y claro ¿Cómo va a entender bien? ¿El técnico también va a tener que decirle: -Dásela al nueve?
¿Y si hablamos de Grecia? Papastathopoulos, Papadopoulos, Katsouranis se me enreda la lengua, la verdad, esos relatores son santos, ¿no? Es mas fácil decir avanza el 4 toca para el 9 y así, que, después andar destrabándose la lengua. Claro, eso es una ventaja para nosotros porque, hasta que termina de decir: pásamela Papadoupulos, los nuestros ya se la quitaron ¿y si se llegan a enredar con el nombre? Empiezan Pasamela Papapo…papadopo… ¡vos gil!, no, no existe gil en griego, sería gilastrupukos.  
Como digo, el mundial me tiene harto y encima estos alemanes de nombres impronunciables cuatro nos hicieron, cuatro, que carajo me importa el mundial.

viernes, 2 de mayo de 2014

Maldición

Este cuento completa la trilogía con Trobún y Ojos en el sitio: https://sites.google.com/site/deptodelengylit/home/escritores-y-libros-recomendados para fomentar la lectura. Originalmente se llamaba Bruja, ahora es Maldición y tiene algunos cambios respecto al que está publicado en ese sitio. Aquí el cuento

:





El día es hermoso. Pleno sol. Camino alegre. En la esquina de la casa vieja, doblo apurado, atropello una persona que sale. Me disculpo, la miro. Se trata de una mujer, fea, desdentada, de nariz ganchuda. Pienso: “Le faltan el sombrero y la escoba”. En su pupila veo llamas ardiendo. La brisa fría me estremece. Sigo, escucho un graznido, sólo veo una paloma que me sigue fijamente con su vista. Corro. Me alejo. Un gato blanco, inmenso, de ojos amarillos, cruza lento mi camino,  desafiante.
 Al empuñar el picaporte me sorprende la viscosidad, es… serpiente, se mueve. Pateo la puerta. Entro, tropiezo con mi perro… muerto, caigo, veo en la jaula el canario… igual. Siento olor a pelo y plumas quemados. Ambos están negros, carbonizados, pero no hay fuego.
Siento que ardo, tiemblo, ardo, tiemb…