Para cuando Ulises terminaba de buscar a
Penélope debajo del tejido, se le habían pasado las ganas.
-Vamos
por el quinto- dijo ella y me descartó indecorosamente, junto a otros tres
tipos.
Hastiado de las muñecas, el payaso
aprovechando sus conocimientos en globología se dedicó a la zoofilia inflable.
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