La Pregunta
Hoy me hizo
la pregunta y tendré que salir a buscar otra. Yo soy coleccionista. Tengo
varias colecciones pero la que más quiero es la que conforman las tarjetas que
me regalan por el primer aniversario de novios.
Ellas me las
devuelven cuando se van. Ya tengo doce.
Cuando cumplimos
el año les regalo una tarjeta, luego las traigo aquí, a mi estancia, mi refugio.
Aquí pasamos
un mes solitos, pero siempre llega la pregunta,
Pienso: ¿No
pueden sólo disfrutar?
Siempre
elijo chicas solas, que no tengan familia, porque son más accesibles, más
queribles, más vulnerables, y hubo de
todo les digo.
La primera
por ejemplo fue Marcela, con ella realmente conocí el amor. Un tiempo después
me traicionó, pero ya la perdoné, el tiempo y traicionar a otras hace que todo
se olvide.
La segunda,
Ana, y la séptima, Federica eran hermanas, fue un error, lo sé, pero no pude evitarlo,
no sabía que Ana tenía una hermana pero después ayude a que se reencontraran.
Con Paola,
la quinta, fue sexo a primera vista y cuando estuvimos aquí, fuera de la vista de
todos ella dijo que las ropas estaban de más. Tenía razón.
Me costó recuperarme de ese mes.
Después vino
Mariela, -¡Que dulzura! Era liviana, era etérea. Su sonrisa, ¡ah! Su sonrisa. Derretía
a los más duros.
Hoy es el
día, trece meses ya llevamos con Andrea, mi adorada, mi amada, mi soñada.
Ella es la
número trece. Como siempre, como con todas, salimos a caminar bordeando el lago
y al llegar al otro lado, el más solitario, hizo la pregunta, la misma pregunta que las
otras:
¿Qué son
esas doce cruces?
¿Qué son
esas once cruces?
¿Qué son
esas diez cruces?
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