En la Antología Borrando Fronteras fue seleccionado el siguiente texto:
El sapo
y la princesa
Era
un dragón de fuego que con la luna llena se convertía en sapo. Así las cosas,
cierta noche una princesa que andaba por el bosque lo encontró, lo tomó en sus
manos y grande fue su sorpresa al notar que apretándolo le salía fuego por la
boca. Entonces, encendió su cigarrillo, arrojó el sapo y le pidió al amante
ayuda para vestirse.
Yo decidí seguir con variaciones sobre el Dragón de fuego y esto es parte de lo que escribí:
Incompatibilidad
En
noches de luna llena, el séptimo hijo dragón de fuego de aquella familia, se
convertía en dragón-lobo. No había grandes problemas con el vecindario pero,
los hermanos lo echaban cuando volvía de las transformaciones por el espantoso
olor a pelo quemado que traía.
Espantado
El
príncipe huyó espantado cuando el dragón de fuego que custodiaba la torre le dijo:
-Eres muy bello, dejaré libre a la princesa si
te casas conmigo.
Tostado
Cuando
despertó, el Dragón de Fuego seguía allí.
Amor
imposible
Ella cantaba irresistiblemente pero no sabía
caminar, él se apagaba si al agua entraba. La sirena y el dragón de fuego se
amaron platónicamente.
Post
partido
A
aquél dragón de fuego no lo dejaban jugar al fútbol porque les quemaba la
pelota, pero era el encargado de preparar el asadito a las llamas.
Anginas
El
dragón cago fuego.
La ilustración es una de las genialidades de Ciruelo